La traducción oficial es aquella traducción realizada por un Traductor Público Juramentado (TPJ), cuya firma y sello de certificación se adhieren a la traducción. Para ello, el documento original debe ser previamente legalizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores o llevar apostilla (por ejemplo, partidas de nacimiento/defunción, sentencias de divorcio, etc.). Tanto el documento original como la traducción van juntas, no se pueden separar y deben ser presentadas tal cual lo entregue el traductor; de lo contrario, será rechazada por la institución a la que presentará el documento.
La traducción certificada es aquella traducción realizada por un traductor colegiado o traductor asociado quien coloca su firma y sello en la traducción, lo cual certifica la fidelidad de la traducción, más no del contenido del original (por ejemplo, documentos para licitaciones, diversos tipos de contratos, etc.). A diferencia de la traducción oficial, el documento original no requiere de ninguna legalización previa. Sin embargo, al igual que en la traducción oficial, la presentación de la traducción certificada se entrega acompañada con el original.
Cabe mencionar que los traductores colegiados están registrados en el Colegio de Traductores del Perú, mientras que los traductores asociados se encuentran registrados en la Asociación de Traductores Profesionales del Perú. Ambas instituciones cuentan con más de veinte años de trayectoria.